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Vitamina D: aumenta tu exposición solar

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La principal fuente de vitamina D en cualquier persona, independientemente de su dieta, es el sol

 

La vitamina D es un nutriente esencial para muchos procesos. Uno de los más destacables es la asimilación del calcio en los huesos, si bien también tiene un papel hormonal importante.

Existen dos tipos de esta vitamina, la D2 (de origen vegetal presente en cantidades ínfimas en alimentos) y la D3 (de origen animal presente en alimentos como el pescado azul, hígado, huevos y lácteos).

La D3 es la forma más activa de esta vitamina y es la cual sintetizamos en nuestra piel a partir del colesterol cuando existe exposición a la radiación ultravioleta. Se podría decir entonces que nuestra principal fuente de vitamina D, y no solo para vegetarianos y veganos sino para todo el mundo, es el sol.

Su deficiencia es endémica en la población mundial, ya que la cantidad presente en alimentos no suele ser suficiente, y cada vez nos exponemos menos al sol por nuestro estilo de vida. Realizamos pocas actividades al aire libre, ya que tanto el trabajo como el estudio por lo general exigen estar muchas horas en lugares cerrados.

También, debido a que en verano, la época del año con más horas de sol, nos exponemos siempre con cremas solares, bloqueamos los rayos ultravioleta evitando la síntesis de esta vitamina en nuestra piel. Es importante protegerse ante una exposición solar prolongada, sobre todo si la radiación solar es alta, pero también es muy importante estar unos minutos sin bloqueadores para que nuestra piel se alimente.

Se recomienda una exposición solar directa de entre 15-30 minutos diarios en al menos cara, cuello y manos. Esto depende de la época del año y de la potencia de la radiación ultravioleta. En invierno la exposición debería ser más prolongada para obtener la misma cantidad de vitamina D que en verano. También depende del color de tu piel, necesitando exposiciones solares más prolongadas cuanto más oscura sea.

La principal fuente de vitamina D para cualquier persona es el sol. Se recomienda una exposición solar directa de entre 15-30 minutos diarios en al menos cara, cuello y manos.

La exposición al sol aumenta los niveles de vitamina D

Es importante protegerse ante una exposición solar prolongada, sobre todo si la radiación solar es alta, pero también es muy importante tomar el sol unos minutos sin bloqueadores para que nuestra piel se alimente correctamente

No obstante, al ser la vitamina D liposoluble, es decir, soluble en grasas, tenemos que tener en cuenta que se puede acumular en nuestro organismo. Así que cuando se produce mucha, nuestro cuerpo la reserva. De esta forma, si aprovechamos una mayor exposición en los meses de verano seremos capaces de pasar el invierno gracias a nuestras reservas.

En el caso de no poder acceder a esa exposición solar (podemos observar nuestros niveles gracias a una analítica), podemos considerar la suplementación.

El problema con los suplementos convencionales es que por lo general son de origen animal (aceites de pescado o aceite de lana de oveja) y además vienen recubiertos de gelatina, por lo que tendremos que buscar suplementos específicamente veganos. Éstos se obtienen a partir del liquen o ciertos hongos.

Según la etapa de la vida en la que nos encontremos las necesidades cambian, la recomendación para adultos es de 200 UI diarias.

A pesar de la existencia de suplementos, se debería potenciar la exposición solar con precaución y no solo por la vitamina D, sino por el amplio rango de beneficios que tiene este hábito como la mejora del estado de ánimo y la disminución del riesgo de depresión, por el torrente de hormonas que genera en nuestro organismo.

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