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Retención de líquidos: consejos nutricionales y no nutricionales

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Retención de líquidos: consejos nutricionales y no nutricionales

Lo primero de todo…

  • Lo primero que hay que hacer es consultar al médico, especialmente si observas un aumento de peso repentino e importante, o si, al ejercer presión sobre la piel, queda una marca durante demasiado tiempo. Una vez que hayan quedado descartados problemas serios, se puede recurrir a remedios sencillos pero efectivos, que se comentan a continuación. Si la cosa empeora, consulta a un dietista.
  • Evita los diuréticos. Si los tomas, ha de ser bajo prescripción facultativa. Consumidos de forma regular por un pequeño problema de retención de líquidos, éstos acabarán estimulando la acción de las hormonas que darán orden al organismo de que retenga sales y agua (o sea, efecto rebote: se acaban reteniendo líquidos).

Agüita: que no nos falte

  • El agua es el mejor diurético, así que a mayor cantidad de agua bebida, mayor eliminación de agua retenida. Cuanto más agua tomes, más diluidas estarán las sales y más fácilmente se eliminan. La cantidad mínima recomendada son unos seis vasos de agua diarios, sin esperar a tomar sed para beber; la sed es la señal de que ya ha comenzado la deshidratación en el cuerpo. El primer vaso, justo al levantarse, para ayudar al organismo a eliminar los fluidos acumulados durante la noche. Ah, no es necesario que sea agua mineral: es más cara, menos ecológica y no necesariamente mejor.
  • Ojo con los zumos. Aunque sean caseros, los zumos contienen, según la Organización Mundial de la Salud, azúcares que nuestro cuerpo absorbe muy rápidamente, y transforma en grasa para evitar esa subida de azúcar en nuestra sangre, lo cual no conviene nada si se padece retención de líquidos.

La “pizca” de sal

  • Disminuye la cantidad de sal (cloruro de sodio) que ingieres. Las necesidades mínimas de sodio de un adulto son de medio gramo al día. Una cucharadita de sal (5 gramos) contiene 2 gramos de sodio. No lleves el salero a la mesa. Usa, en su lugar, una amplia variedad de especias (las especias, además, contienen grandes cantidades de antioxidantes).
  • La mayor parte de los alimentos en su estado natural, como las frutas frescas y los vegetales, contienen solo una pequeña cantidad de sodio. Sin embargo, los alimentos que han sido procesados (ejemplo: queso), normalmente son altos en sodio porque se le agrega sodio en la fabricación. Piensa que un 70% del sodio que ingerimos viene a partir de alimentos procesados, y no del que añadimos mediante la sal de mesa.
  • Condimentos tales como ketchup, pepinillos, mostaza, salsa de soja, y sales con sabor como la sal de ajo, son generalmente altas en sodio. También lo son los alimentos preparados y alimentos de los restaurantes de comida rápida. Evita comidas conservadas o curadas en una solución de salmuera. Cuando compres alimentos enlatados, escoge aquellos bajos en sodio.

Integrales: fundamentales

  • El consumo de cereales integrales mejora la circulación notablemente. Como cereales integrales se considera a: pan integral (que sea sin sal), pasta integral (espaguetis, macarrones…), base de pizza integral, cereales de desayuno, arroz integral, mijo, quínoa…
  • El consumo de integrales, además, disminuye el riesgo de enfermedades tales como problemas intestinales, enfermedades cardiovasculares, obesidad y algunos tipos de cáncer.

“Plant-based diet”: basa tu dieta en alimentos vegetales

  • La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su último libro sobre nutrición afirma que para prevenir y tratar las enfermedades típicas de occidente, como la retención de líquidos, es fundamental basar nuestra dieta en alimentos de origen vegetal. Consume a diario: frutas, verduras, cereales, legumbres y frutos secos (ricos en fibra y sustancias protectoras como antioxidantes).

Deporte: que no pare tu máquina

  • Mueve las piernas. El ejercicio (nadar, caminar, ir en bici…) ayuda a eliminar el exceso de líquidos. Si tu trabajo te obliga a estar sentad@ durante muchas horas, mueve los dedos de los pies hacia arriba y hacia abajo, para que los músculos de las piernas ejerzan una acción de bombeo. Pero aunque en el trabajo estés sentad@, haz ejercicio al salir del trabajo.
  • El mínimo ejercicio recomendado es media hora de actividad física cada día, lo cual incluye paseos (a paso vivo) o escaleras (las de casa, por ejemplo, pero también las de otros sitios como el metro…). Si es una hora diaria de ejercicio, mucho mejor.

 

– Equipo de nutrición de la UVE

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