Crisis de bienestar animal en la acuicultura noruega: soluciones para el salmón
el 37 % de los noruegos se ha vuelto más escéptico sobre el salmón de piscifactoría debido a preocupaciones éticas y ambientales.
Este fin de semana, el sábado 29 de marzo, celebraremos una nueva edición de la Jornada Mundial por el Fin de la Pesca y de las Granjas Acuícolas (JMFP). El año pasado, más de 129 organizaciones de 26 países se unieron para organizar 197 acciones a nivel global, creando una poderosa dinámica colectiva por el bienestar de los animales acuáticos y la sostenibilidad. Este año, queremos hacer especial énfasis en la creciente expansión de las granjas acuícolas y la importancia de abordarlas en nuestras acciones. Por ello hablaremos de la situación de los salmones en las piscifactorías de Noruega.
La industria acuícola en Noruega enfrenta una crisis de bienestar animal sin precedentes. Si bien el país es uno de los principales productores de salmón de piscifactoría, esta industria ha venido enfrentando graves acusaciones de negligencia en cuanto al trato de los animales, especialmente el salmón, que representa el 92,5 % de todos los animales de piscifactoría en el país. De hecho, Noruega tiene una responsabilidad especial debido a que controla más de la mitad de la producción mundial de este tipo de salmón.
Cada año, aproximadamente 200 millones de salmones mueren antes del sacrificio. Esta cifra supera la cantidad total de muertes de todas las demás especies involucradas en la producción alimentaria en Noruega. Tras este preocupante dato se esconden las trágicas realidades de sufrimiento, enfermedades y condiciones inadecuadas de vida que los peces deben soportar. Las principales causas de muerte incluyen úlceras invernales, insuficiencia cardíaca y trastornos branquiales, lo que revela un cuadro alarmante de malestar.
El contraste con la tradición de protección animal de Noruega
El trato que reciben estos animales es aún más chocante si se compara con la tradición noruega de protección animal, que históricamente ha sido considerada ejemplar. El país tiene una larga tradición de respeto por los derechos de los animales, lo que hace que esta situación en la acuicultura sea aún más desconcertante. Además, existe un consenso político generalizado sobre la importancia de velar por el bienestar animal, lo que aumenta la indignación pública y política ante esta crisis.
La Oficina del Auditor General de Noruega ha señalado las deficiencias en el seguimiento del bienestar animal en la acuicultura, criticando a las autoridades por no implementar medidas adecuadas para abordar el sufrimiento de los salmones. Aunque tanto la industria como los políticos reconocen la necesidad de mejorar la situación, las medidas adoptadas hasta el momento han sido insuficientes. De hecho, una encuesta reciente reveló que el 37 % de los noruegos se ha vuelto más escéptico sobre el salmón de piscifactoría debido a preocupaciones éticas y ambientales.
La inacción de la industria y los reguladores
A pesar de los esfuerzos que la industria asegura estar llevando a cabo para mejorar el bienestar animal, los problemas persisten de manera grave. La falta de medidas efectivas por parte de los políticos es preocupante, y a menudo se percibe que las soluciones propuestas no abordan adecuadamente lo que podría considerarse la peor crisis de bienestar animal en la historia del país. La situación exige una respuesta urgente para mejorar las condiciones de los animales y garantizar que se cumplan estándares éticos en la producción acuícola.
Propuestas para mejorar el Bienestar Animal en Noruega
Con el fin de abordar de manera efectiva esta crisis, se proponen cinco medidas clave para mejorar el bienestar de los salmones en Noruega:
1. Prohibición del uso de peces limpiadores y la desparasitación térmica: Ambos métodos causan un sufrimiento severo a los salmones, y deben ser prohibidos de inmediato. Los métodos actuales son inaceptables y es necesario encontrar soluciones más humanas para el cuidado de los peces.
2. Suspensión de la producción cuando las tasas de mortalidad sean demasiado altas: Si las tasas de mortalidad de los salmones superan los niveles sostenibles, las autoridades deben tener la autoridad para reducir la producción hasta que se resuelvan los problemas de bienestar animal. Una opción sería expandir el actual “sistema de semáforo” para la acuicultura sostenible, incluyéndolo específicamente para el salmón de piscifactoría.
3. Imposición de un “impuesto al sufrimiento”: Se propone una reforma del sistema tributario para penalizar a los productores de alimentos con bajos estándares de bienestar animal, mientras se recompensan aquellos que tratan a los animales de manera ética y respetuosa.
4. Fortalecimiento de la autoridad reguladora: La Autoridad Noruega de Seguridad Alimentaria (Mattilsynet) debe contar con más recursos y poder para aplicar las leyes sobre bienestar animal de manera efectiva. Además, las multas por incumplir estas regulaciones deben incrementarse significativamente, para garantizar que las empresas se tomen en serio el bienestar de los animales.
5. Requerir una producción de smolts menos intensiva: Las condiciones de los salmones en sus primeras etapas de vida deben ser más sostenibles y menos intensivas. Es vital contar con regulaciones que garanticen que los peces sean tratados de manera respetuosa desde su nacimiento hasta el momento de su sacrificio.
El camino hacia un futuro más sostenible y ético
La industria acuícola en Noruega, especialmente la producción de salmón de piscifactoría, se encuentra en una encrucijada. La situación actual es insostenible tanto desde el punto de vista ético como ambiental. Si bien se han reconocido los problemas, la respuesta hasta el momento no ha sido adecuada para frenar la crisis. Es fundamental que tanto la industria como los reguladores trabajen juntos para implementar medidas eficaces y garantizar que se respete el bienestar de los animales en todas las etapas de producción.
La responsabilidad de Noruega es enorme, ya que controla una parte significativa de la producción mundial de salmón. Es hora de actuar para mejorar las condiciones de los animales, proteger su bienestar y poner fin a la crisis que actualmente aqueja a la industria acuícola. Solo con medidas contundentes y un cambio en la forma de operar será posible asegurar un futuro más ético y sostenible para los salmones de piscifactoría y para toda la industria acuícola en general.
Podéis leer el estudio completo aquí