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La PNI (Psiconeuroinmunología Clínica) , la revolución de la nutrición integrativa

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La PNI (Psiconeuroinmunología Clínica) , la revolución de la nutrición integrativa

La nutrición integrativa engloba aspectos que van mucho más allá de los hábitos de alimentación, se enfoca en la prevención de enfermedades, recuperación y mantenimiento de la salud y el bienestar individual.

 

En los últimos años, la nutrición y el mundo de la salud se encuentran en un auténtico estado de revolución. Se evoluciona hacia perspectivas más integrales, una visión de la nutrición y la salud enfocada en la conexión entre mente-cuerpo-alma-entorno. La interconexión entre los distintos sistemas del cuerpo humano y su impacto en la salud.

 

Uno de los paradigmas más innovadores es la Psiconeuroinmunología Clínica (PNI), una ciencia que estudia la interacción entre el sistema nervioso, el sistema inmunológico y el sistema digestivo. Se basa en la idea de que el cuerpo no es un conjunto de sistemas independientes el uno del otro, sino que se trata de una red conectada y compleja de interacciones biológicas que se ven influenciadas por el entorno y el estilo de vida.

 

Su aplicación en el mundo de la nutrición permite comprender mejor el impacto de nuestros pensamientos, emociones y experiencias en el funcionamiento de nuestro metabolismo y la respuesta ante el estrés y la inflamación.

 

La nutrición integrativa engloba aspectos que van mucho más allá de los hábitos de alimentación, se enfoca en la prevención de enfermedades, recuperación y mantenimiento de la salud y el bienestar individual. La búsqueda del origen del problema es el pilar fundamental para así analizar todas las variables que influyen en un estado de salud y aplicar los cambios que propicien la mejora del bienestar y calidad de vida de cada persona.

 

 

La conexión intestino-cerebro es la conexión invisible que define nuestra salud. Se trata de un sistema de comunicación bidireccional que conecta el tracto digestivo con el sistema nervioso central a través del nervio vago. Se puede entender como una autopista de información que conecta directamente el intestino con el cerebro y gestiona reacciones como el estrés y la inflamación.

 

La microbiota intestinal es un conjunto de millones de microorganismos vivos dentro de nosotros que desempeñan un papel fundamental en la salud. Más allá del sistema digestivo, producen neurotransmisores, regulan la inflamación y modulan la función cerebral, es decir, tienen impacto directo en el estado de ánimo y en el rendimiento cognitivo.

 

Uno de los pilares que trabaja un PNI y nutricionista con enfoque integrativo, es la comprensión de cómo el estrés crónico, la ansiedad y otros factores psicológicos pueden afectar el sistema inmunológico y provocar enfermedades inflamatorias o autoinmunes en los individuos.

 

Infinidad de estudios han demostrado que el estrés prolongado puede aumentar la producción de cortisol y otras hormonas que, en exceso, pueden suprimir la función inmunológica y alterar la microbiota intestinal, generando muchos problemas digestivos.

 

Aquí es donde la nutrición desempeña un papel fundamental. La alimentación influye en la modulación de la inflamación y el equilibrio del microbioma intestinal, impactando no solo en la salud digestiva, sino también en la salud mental. Se ha comprobado que una dieta rica en alimentos ultraprocesados y azúcares refinados puede generar inflamación crónica de bajo grado, afectando la función cerebral y el estado de ánimo. Por el contrario, una alimentación basada en alimentos naturales, ricos en fibra, grasas saludables y polifenoles, favorece un equilibrio inmunológico óptimo.

 

 

¿Cómo es su aplicación en la práctica?

La búsqueda del origen del problema, comprender la historia personal de cada individuo, sus hábitos de vida y su entorno es la clave para diseñar estrategias de intervención que aborden el problema desde su raíz.

 

Cada individuo es único, no existen patrones rígidos. No existen pautas ni dietas milagro, adaptar e interiorizar nuevos hábitos requiere tiempo, esfuerzo y constancia. La nutrición integrativa te enseña nuevas herramientas y métodos que te aportarán beneficios a tu salud.

 

La nutrición personalizada, que ajusta la alimentación para reducir la inflamación y mejorar la microbiota intestinal. Además, en estas sesiones se trabajan aspectos como la gestión del estrés para mejorar la función inmunológica. El ejercicio físico adaptado influye en la producción de neurotransmisores y en la respuesta inmune, por lo que se recomienda de manera individualizada. Y no podemos olvidar, la importancia de la optimización del sueño, porque dormir bien es esencial para una correcta regulación del cortisol y la regeneración celular.

 

Nutrición integrativa, PNI y vegetarianismo.

El vegetarianismo y la PNI comparten una visión común sobre la importancia de una alimentación consciente y su impacto en la salud integral. Una dieta vegetariana bien planificada puede contribuir a reducir la inflamación, mejorar la salud intestinal y favorecer la longevidad, aspectos clave en la PNI. La selección adecuada de fuentes de proteínas vegetales, grasas saludables y micronutrientes esenciales es crucial para garantizar un equilibrio metabólico y evitar deficiencias nutricionales.

 

Dentro de la nutrición integrativa aplicada al vegetarianismo, es fundamental considerar:

  • Fuentes de proteínas vegetales completas: Combinación de legumbres con cereales integrales (ej. arroz y lentejas) para obtener un perfil de aminoácidos completo.
  • Ingesta adecuada de ácidos grasos esenciales: Incorporar semillas de chía, lino y nueces para obtener Omega-3.
  • Absorción de hierro y vitamina B12: Asegurar fuentes de hierro vegetal (espinaca, lentejas, tofu) combinadas con vitamina C para mejorar la absorción, y considerar suplementos de B12 en caso necesario.
  • Mantener un equilibrio glucémico: Optar por carbohidratos de bajo índice glucémico, como quinoa, batata y legumbres, para estabilizar los niveles de energía y prevenir desbalances hormonales.

 

Desde el punto de vista de la salud digestiva, las dietas vegetarianas aportan beneficios como la mejora del tránsito intestinal al incluir fibras (frutas, verduras, legumbres, cereales integrales), lo que favorece una digestión más rápida y evita el estreñimiento. Además la fibra y los prebióticos en los alimentos vegetales ayudan a mantener un equilibrio saludable de bacterias intestinales, lo que mejora la absorción de nutrientes y refuerza el sistema inmunológico.

 

Evitar el consumo de carnes procesadas y grasas saturadas ayudan a disminuir la inflamación en el tracto digestivo, reduciendo el riesgo de enfermedades como el síndrome del intestino irritable (SII) o la enfermedad inflamatoria intestinal. Además, evitar las carnes procesadas y aumentar el consumo de vegetales puede reducir el riesgo de reflujo y acidez estomacal, ya que estos tienden a ser más alcalinos y menos irritantes para el estómago.

 

Existen estudios que avalan los beneficios de la dieta vegetariana (o vegana) asociada con una menor incidencia de diverticulitis, hemorroides y algunos tipos de cáncer digestivo, como el cáncer colorrectal.

 

Además, el impacto emocional y ético del vegetarianismo también es un aspecto que la PNI considera, ya que las decisiones alimentarias pueden estar influenciadas por valores personales y la conexión con el entorno. La alimentación basada en plantas puede promover una relación más consciente y saludable con la comida, disminuyendo la carga emocional negativa asociada con dietas restrictivas o poco sostenibles.

 

Para finalizar, concluir con que la nutrición integrativa y la Psiconeuroinmunología Clínica ofrece una perspectiva revolucionaria sobre la salud, integrando la conexión entre mente, sistema inmunológico y nutrición. Su aplicación en la vida cotidiana permite comprender cómo nuestras emociones, el estrés y los hábitos alimentarios influyen en nuestra salud.

 

Al adoptar una alimentación basada en principios de la PNI y alineada con un enfoque vegetariano, se puede potenciar el bienestar general y prevenir enfermedades de manera más efectiva. Este enfoque holístico nos invita a repensar la salud desde una visión más amplia, donde la nutrición no solo nutre el cuerpo, sino también la mente y el espíritu.

 

 

Artículo disponible también en VEGETUS, la revista gratuita de la UVE.

 

Alba Martín

Nutricionista integrativa especialista en Patologías Digestivas y Trastornos con la alimentación. Su visión es una nutrición enfocada en la conexión mente-cuerpo-alma-entorno y sus valores giran en torno a la prevención, recuperación y mantenimiento de la salud y bienestar individual. Puedes encontrarla en @albamartinutri o https://albamartinutricion.com/