Veganismo vs. salud
Vengo hoy a desmentir uno de los mayores mitos del veganismo y es que a veces se da por hecho que si eres vegano, obviamente vas a ser delgado y estar sanísimo; o que si eres vegano no te puedes constipar, o no puedes tener un índice de masa corporal (IMC) de más de 21, o que jamás vas a tener una enfermedad.
Bien, esto es rotundamente falso.
Si bien es cierto que el veganismo tiende a ser más saludable (sobre todo al principio, cuando no conocemos las posibilidades de la dieta vegana y estamos aprendiendo únicamente aquello que vamos a dejar de comer), no tiene por qué y os voy a explicar cuál es el motivo.
Primeramente tengo que decir que, aunque se hable de dieta vegana, el veganismo es un estilo de vida y no una dieta. Y es que muchas veces se confunde con el término anglosajón Plant Based Diet (PBD) o Whole Foods Plant Based Diet (WFPBD) que, desde el punto de vista de la nutrición, es una dieta libre de productos animales, basada únicamente en plantas, si bien no tienes por qué ser vegano o vegana para llevarla a cabo.
Para mí, el veganismo es un estilo de vida que una persona elige por conciencia animal, ambiental y social. es decir, es una decisión que afecta a la comunidad. Por otro lado, la PBD o WFPBD es una elección basada en la salud propia. Ninguna de las dos es mejor o peor que la otra, todas las elecciones son respetables y, en última instancia, ambas reducen el sufrimiento animal y la huella ambiental. Incluso me atrevería a decir que la PBD es más libre de plástico. Es por eso que no son excluyentes, puedes ser vegano y “plant based”.
Diferencias entre veganismo y dieta “plant based”
El veganismo, como ya he dicho, es un estilo de vida. Es decir, engloba muchas más cosas más allá de la dieta: engloba la manera de pensar y actuar en tu día a día con respecto a todo, la forma en que tratas a los demás animales, la forma en que te vistes, la forma en que limpias la casa, la forma en que cocinas, la forma en que te lavas y arreglas, la forma en que te mueves y viajas.
Si lo aplicamos únicamente a la alimentación, significa que se evitarán todos aquellos alimentos que conlleven explotación animal intencionada, ya sea en el producto final o en su procesamiento. No, ni las trazas ni la contaminación cruzada impiden a un producto vegano que deje de serlo. En este punto hay mucha controversia, pero ese es otro tema.
En el caso de la PBD, sí se trata de un tipo de dieta que consiste en consumir productos únicamente de origen vegetal y que no estén procesados. Es una dieta basada en 100% comida real que es, a su vez, vegana. A esta dieta se le han atribuido muchos beneficios para la salud, ya que en ella se consumen grandes cantidades de frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y frutos secos, con el aporte que eso conlleva en vitaminas, minerales, fitonutrientes, antioxidantes…
¿Por qué se relaciona el veganismo de forma indiferente con ser más o menos saludable?
Según te interesas por el veganismo, al principio solo ves aquello que quieres dejar de comer. Comienzas a leer etiquetas y compruebas que prácticamente todo lo etiquetado lleva también huevo, o algún tipo de derivado lácteo, algún conservante, o gelatina, manteca, etc. También retiras de tu alimentación en primer lugar cosas como los embutidos, la bollería y la mayoría de productos procesados y platos preparados, porque suelen llevar en la mayoría de los casos productos de origen animal. Así, te quedarás con alimentos que son comida real, materias primas, productos sin etiqueta como son las frutas, la verdura, el arroz, las legumbres, frutos secos…
Pero, según avanzas e investigas, empezarás a darte cuenta de otros productos que sí son veganos, como por ejemplo las patatas fritas, los nachos, también muchos de los cereales de desayuno, bebidas de soja de sabores extra azucaradas, ciertas galletas, el azúcar, aceites vegetales, harinas de cereales… También la mayoría de salsas como el képchup, salsa barbacoa, teriyaki, sweet chilli… Y los frutos secos fritos y salados.
Además de esto, tenemos cada vez más a nuestro alcance infinidad de procesados veganos, desde salchichas y hamburguesas hasta pizzas y quesos cuyos ingredientes principales sulen ser almidón y aceite, pasando porque cada vez más cadenas de comida rápida están incluyendo en sus cartas versiones veganas de sus productos. Esto, unido a que (gracias al cielo) estamos viviendo una expansión sostenida de empresas de restauración vegetarianas y veganas que hacen unos platos y unos postres que están de miedo. Sin contar con que en casa podemos cocinarnos tartas veganas de 4.000 kcal, y cualquier otro tipo de sustitutos veganos hipercalóricos, pues tenemos a nuestro alcance infinidad de vídeos en YouTube y recetas por internet.
Algo que tiende a pasar con demasiada frecuencia es que infraestimamos el aporte calórico de los alimentos de origen vegetal. Si bien es cierto que al principio muchas personas tienden a comer menos calorías, ya que aumentan el consumo de frutas y verduras y éstas son menos densamente calóricas que los productos de origen animal, no nos olvidemos de que los cereales y las legumbres tienen más de 300 kcal por 100 g en seco. Y si analizamos en profundidad los frutos secos o sus cremas y los aceites, comprobaremos que aportan entre 600 y 900 kcal por cada 100 g de producto. Por eso, los alimentos de origen vegetal pueden ser altamente calóricos también.
Por lo tanto, una dieta vegana a día de hoy puede ser tan saludable o no como una dieta convencional. Cuanto más te bases en comida real y mejor te planifiques, más te acercarás a un estilo de vida saludable. pero si en tu dieta incluyes una gran presencia de ultraprocesados, sean veganos o no, no dejan de ser ultraprocesados, y no garbanzos o hojas de espinacas.