Un reportaje fotográfico revela el sufrimiento animal en los desfiles de los Tres Tombs
Coincidiendo con la celebración en Barcelona de la Trobada Nacional de los Tres Tombs por el bicentenario de esta tradición, un nuevo reportaje fotográfico elaborado por la fotógrafa Bel González arroja luz sobre una realidad incómoda: el sufrimiento físico y emocional que padecen los animales, especialmente los caballos, utilizados en estas festividades populares.
Desde 2022, González ha asistido a 15 eventos de los Tres Tombs en distintos municipios catalanes, documentando con su cámara comportamientos y condiciones que, según la literatura científica, son claros indicadores de malestar en équidos: miradas desorbitadas, sudoración excesiva, conductas de evitación, caídas, lesiones visibles y signos evidentes de estrés. Su trabajo, a pesar de haber sido obstaculizado por insultos y amenazas, constituye una denuncia visual que cuestiona profundamente la narrativa oficial de bienestar animal que promueve la Federación Catalana de los Tres Tombs.
Uno de los aspectos más preocupantes que revela este reportaje es el uso de equipamiento tradicional como la serreta (una pieza metálica que presiona directamente sobre el hueso nasal ) y el bocado, un hierro que se introduce en la boca del animal. Diversos estudios veterinarios han concluido que estos elementos pueden causar lesiones internas, dolor persistente y problemas respiratorios. A esto se suma el esfuerzo físico que implica tirar de carros pesados por superficies urbanas, con consecuencias potencialmente graves como fatiga, daños articulares y lesiones tendinosas.
El entorno de los desfiles tampoco contribuye al bienestar de los animales. Ruidos fuertes, aglomeraciones y estímulos constantes generan situaciones de estrés agudo, tal como señalan investigaciones etológicas. Los caballos, por su naturaleza, son extremadamente sensibles a estos factores, lo que agrava su malestar durante el evento.
Más allá del sufrimiento físico, la fotógrafa pone el foco en un problema más profundo: la cosificación de los animales. Usados como adornos, símbolos culturales o atracciones turísticas, su participación se basa en una lógica utilitarista que ignora su condición de seres sintientes. Paradójicamente, estos actos se celebran en honor a Sant Antoni Abad, patrón de los animales, en una contradicción simbólica que no pasa desapercibida.
Incluso voces dentro de la organización han reconocido los dilemas éticos que conllevan estos festejos. Andreu Bernadàs, presidente de la Federación Catalana, admitió recientemente que sin estas celebraciones, muchos caballos serían enviados al matadero, evidenciando cómo sus vidas dependen del rendimiento que puedan ofrecer en contextos públicos.
El reportaje de Bel González no sólo visibiliza el sufrimiento animal en los Tres Tombs, sino que plantea una reflexión de fondo: ¿hasta qué punto deben mantenerse tradiciones que se sostienen sobre el dolor de seres vivos? Las imágenes hablan por sí solas y abren un necesario debate sobre el futuro de estas prácticas culturales.
Fotografías de Bel González
