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La dura realidad del transporte de animales vivos

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La dura realidad del transporte de animales vivos

Si sueles viajar por carretera, habrás visto camiones llenos de animales: hocicos, picos, ojos… se dejan entrever detrás de los barrotes. Son animales de la industria cárnica que van normalmente de la granja al matadero para acabar en paladares humanos. Pero a los animales no sólo los transportamos entransporte de animales vivos camiones, también son hacinados durante miles de kilómetros en buques, trenes y aviones para su posterior muerte, engorde o reproducción. Os hablamos del transporte de animales vivos.

Se trata de una realidad que pasa desapercibida, hasta que un caso demoledor sale en los medios de comunicación. Los buques Karim Allah y Elbeik (con 895 y 1.789 terneros a bordo, respectivamente) acabaron deambulando por el mar Mediterráneo durante más de dos meses a principios de 2021 tras salir de puertos españoles. Se dirigían a Turquía, pero no los admitieron allí ni en ningún otro puerto por una supuesta enfermedad de los animales. 

El sufrimiento que pasaron los 2.684 terneros es inimaginable. Después de la presión ejercida por organizaciones de protección de los animales, los barcos volvieron a puertos españoles con animales muertos, otros caquécticos (desnutrición extrema) y heridos, conviviendo y comiendo sobre los cadáveres de sus hermanos. 

 

España y la exportación de animales vivos

La Unión Europea es el mayor exportador de animales vivos del mundo. Y España contribuye a ello. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el año 2020, se exportaron vivos 191.798 bovinos, 902.439 ovinos, 3.247 cabras, 766 équidos, 1.189 cerdos y 24.930 aves, entre otros. 

 

Los principales destinos de los bovinos fueron Libia, Líbano, Marruecos, Argelia y Turquía. De los ovinos, Libia, Arabia Saudí, Jordania, Líbano e Irán. Las cabras fueron a Irán, Líbano, Uzbekistán, Qatar y Tailandia; los équidos a Estados Unidos, México, Emiratos Árabes Unidos, Guatemala y Nicaragua; las aves a México, Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Vietnam y Chile; y los cerdos acabaron en Bielorrusia, Ucrania, Estados Unidos y Moldavia. 

 

transporte animales vivosEl bienestar de estos animales debería estar garantizado por el Reglamento europeo sobre el transporte de animales vivos, un instrumento creado precisamente para los animales que son transportados dentro y fuera de la Unión Europea, vigente desde 2005. Sin embargo, lo cierto es que la norma no se cumple y que no existe un sistema de control del transporte de animales vivos a países no pertenecientes a la UE. 

Es más, la normativa de protección animal en la mayoría de los países previamente citados está lejos (si es que existe) de la que rige en la Unión Europeo. Pero las ganancias económicas están, de nuevo, por encima del llamado bienestar animal. 

 

En junio de 2020 el Parlamento Europeo aprobó la creación de una Comisión de Investigación sobre el transporte de animales vivos. Y el pasado jueves 20 de enero los eurodiputados aprobaron recomendaciones en las que reclaman a la Comisión y a los países miembros que “intensifiquen sus esfuerzos para respetar el bienestar animal durante el transporte, actualizar las normas de la UE y designar un comisario europeo responsable del bienestar animal”. “La exportación de animales vivos sólo debe autorizarse, si cumple con los estándares europeos de bienestar animal”, afirman. Asimismo, abogan por el transporte de carne y material genético en lugar de animales vivos. 

 

Por su parte, organizaciones animalistas, como Igualdad Animal, piden desde hace años eliminar el transporte de animales vivos de animales vivos. Y acabar de una vez por todas con los viajes infernales. 

 

 


Cristina Fernández @crisfersan
Periodista especializada en veganismo.

 

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