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¿Qué se está cocinando?, el informe de la ONU que elogia las alternativas vegetales

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¿Qué se está cocinando?, el informe de la ONU que elogia las alternativas vegetales

La ONU afirma que las nuevas alternativas a la carne y los lácteos podrían ayudar a frenar las emisiones perjudiciales para el clima.

¿Qué se está cocinando? es el nuevo informe realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que muestra una evaluación de los impactos positivos de alternativas vegetales a los productos animales convencionales. En este documento se muestra cómo los nuevos alimentos de origen vegetal, la carne cultivada y los productos derivados de la fermentación podrían dejar una huella ambiental menos dañina que los alimentos de origen animal.  

 

Los sistemas alimentarios son responsables del 30% de las actuales emisiones de GEI (Gases Efecto Invernadero), y los productos animales representan casi el 60% de esas emisiones. Es necesario cambiar la forma en que producimos y consumimos los alimentos que comemos, debido a su creciente impacto en las crisis planetarias y cuyo consumo se prevé que crezca hasta un 50% para el 2050 con el impacto medioambiental y social que eso conlleva.

 

Si bien hay muchos enfoques disponibles para abordar los impactos adversos de la ganadería, este informe analiza específicamente alternativas novedosas a los alimentos convencionales de origen animal como son la carne vegetal, la de laboratorio y la derivada a partir de la fermentación. 

 

El informe concluye que estas alternativas no sólo muestran un potencial significativo para reducir las GEI, sino que también pueden contribuir a reducir la degradación de la tierra y la deforestación, la contaminación y la pérdida de agua, suelo y biodiversidad, así como a frenar los riesgos de enfermedades zoonóticas y de resistencia a los antimicrobianos. 

 

Estas novedosas alternativas también podrían ayudar a reducir significativamente las preocupaciones sobre el bienestar animal. Las decenas de miles de millones de animales sacrificados anualmente no son las únicas víctimas de una industria ganadera. Producir y consumir alimentos de origen animal se ha asociado con importantes desafíos para la salud pública: niveles excesivos de consumo de carnes rojas y procesadas se asocian con enfermedades cardiovasculares, ciertos cánceres, obesidad y diabetes. La ganadería también está asociada con mayores riesgos de resistencia a los antimicrobianos (el 73% de todos los antimicrobianos vendidos se utilizan en la ganadería) y con la propagación de enfermedades zoonóticas como la COVID-19 o la gripe aviar. 

 

Los autores subrayan la necesidad de realizar una investigación abierta y transparente para comprender las implicaciones nutricionales del consumo regular de alternativas y las implicaciones socioeconómicas de su adopción en diferentes regiones, incluso para la equidad, la seguridad alimentaria y los medios de vida de los pequeños agricultores.  

 

 

Fuente: https://www.unep.org/

 

 

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