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Las macrogranjas, una triste realidad en España

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Las macrogranjas, una triste realidad en España

Las recientes declaraciones del Ministro de Consumo, Alberto Garzón no han hecho más que reavivar un debate que ya estaba envuelto en polémica, las macrogranjas. Desde la Unión Vegetariana Española dejamos claro que las macrogranjas son una triste realidad en nuestro país con terribles consecuencias tanto para el medio ambiente, los animales y para la salud de las personas. 

¿Qué son las macrogranjas? 

No existe una definición oficial de macrogranja, sin embargo, las macrogranjas se caracterizan por ser instalaciones que acogen a miles de cabezas de ganado en espacios muy reducidos, donde no puede producirse alimento de manera natural y existen problemas a la hora de gestionar los excrementos y residuos de manera eficaz, contaminando el medio ambiente y poniendo en riesgo la salud de la población. 

¿Qué efectos tienen las macrogranjas? 

El riesgo mayor que suponen las macroganjas es la contaminación del suelo y las aguas, así como las emisiones de gases efecto invernadero, principal causa del cambio climático. Pero no solo eso, el despilfarro de recursos (demanda de agua, uso de tierras, deforestación, producción de piensos), pérdida de biodiversidad y amenaza de la soberanía alimentaria son otras de las devastadoras consecuencias que las macrogranjas tienen en la población. 

¿Qué puedo hacer?

En julio, a raíz de la campaña Menos carne, más vida lanzada por el Ministerio de Consumo, en la Unión Vegetariana ya hablábamos al respecto. Según los datos mundiales de la FAO de 2017, el consumo de carne en España se sitúa alrededor de los 100 kg/persona/año. Esto nos coloca a la cabeza de Europa como el país que más carne consume, y también entre los primeros a nivel mundial. En la UVE lo tenemos claro, la única forma de acabar con las macrogranjas y el consumo de carne desproporcionado es propiciar, desde las instituciones, un consumo de carne hasta cifras razonables, para mitigar el colapso ambiental y sanitario.

 Puedes ver nuestro reportaje completo en el nº41 de la revista vegetus 

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